La Guardia Civil resuelve con ADN un grave caso de furtivismo durante la berrea en Guadalajara

La innovadora técnica de análisis genético permite identificar a los autores del abatimiento ilegal de ciervos y un gamo durante la pasada berrea en Alustante

La Guardia Civil ha dado un importante paso adelante en la lucha contra el furtivismo al resolver, gracias a una técnica de análisis genético pionera, un caso de caza ilegal ocurrido durante la berrea de septiembre en un coto del municipio de Alustante (Guadalajara). El hallazgo de varios cadáveres decapitados de ciervos y un gamo, sin autorización del titular del coto, encendió las alarmas.

Agentes del Seprona de Orea se desplazaron de inmediato al lugar y recogieron muestras biológicas de los restos, que fueron remitidas al Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil en Madrid. Allí, un análisis de ADN permitió abrir una investigación con precisión forense, que ha culminado con dos personas investigadas y una taxidermia bajo sospecha.

El ADN, herramienta clave en la investigación

El cotejo genético fue esencial para vincular los restos animales con los presuntos autores, confirmando coincidencias biológicas que guiaron a los investigadores durante varios meses. Gracias a esta técnica, poco habitual en casos de delitos contra la fauna, se consiguió establecer jurídicamente las pruebas necesarias para continuar con las diligencias judiciales.

Esta forma de trabajo marca un antes y un después en la lucha contra el furtivismo, poniendo de manifiesto cómo la ciencia forense puede apuntalar investigaciones ambientales con el mismo rigor que en otros delitos complejos.

Una taxidermia en el centro del caso

Las pesquisas condujeron a una taxidermia local, donde el rastro de los trofeos parecía continuar. La inspección reveló vínculos entre los responsables del negocio y los dos investigados, reforzando la hipótesis de que los animales abatidos ilegalmente habían sido tratados allí. Además, los agentes detectaron múltiples irregularidades en la documentación de los trofeos, lo que ha derivado en una denuncia por malas prácticas administrativas.

Trabajo coordinado contra los delitos ambientales

La operación ha sido posible gracias a la coordinación entre distintas unidades de la Guardia Civil, desde el Seprona hasta los especialistas en criminalística. Este caso ejemplifica cómo la tecnología, la ciencia y la cooperación entre servicios pueden ponerse al servicio de la protección de la fauna silvestre y la persecución del furtivismo, un delito que pone en peligro la biodiversidad y el equilibrio ecológico.

 

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